8 oct 2012

Cómo valorar rápidamente una red de transporte público (I)

El transporte público es una bandera que los políticos ondean mucho pero dificilmente la entienden o la saben explicar. Está claro que una buena decisión en transporte público beneficiaría a todos; pero no cómo reconocer cuáles son las mejores propuestas.
Sin entrar en mayores detalles y con 3 conceptos que todos podemos ver reflejados en la calle se puede entender en buena medida cómo está la salud del sistema.

1) Velocidad comercial. Se define como la distancia total de la ruta dividido por el tiempo total que se tarda. Como usuarios, ésta es la velocidad que nos da idea de cuánto nos vamos a demorar en ir a cualquier sitio.
Modo de valorarlo: Aunque no sepamos distancias ni velocidades al detalle sabemos que para cualquier vehículo se tiene que cumplir conjuntamente que se mueva rápido, pare menos, y tenga pocos retrasos; así siempre llegaremos antes.
Un sistema de movilidad que nos garantice las 3 cosas juntas es bueno. Una velocidad máxima muy alta no necesariamente es mejor si hay mucho tráfico, paradas o colas; porque de no ser así implica mayores aceleraciones y frenadas, o en cristiano, más mareos. Los vehículos más grandes como trenes y tranvías además necesitan un tiempo y distancia para alcanzar su capacidad de rapidez; cuánto más los interrumpan más baja será su velocidad máxima alcanzada realmente.
También sucede que menos paradas interrumpen menos el vehículo pero hacen que tengamos que caminar más para llegar a ellas y/o llegar a destino. Se puede buscar un óptimo que beneficie a operador y pasajero conjuntamente pero teniendo en cuenta también más criterios. Sabiendo esto, se entiende que diferentes modos de transporte y ciudades suelen no ser directamente comparables; en otras palabras, lo que funciona en una "ciudad modelo" no necesariamente funcionaría "aquí".

2) Periodo de paso. Se define como el tiempo que pasa entre un vehículo y el siguiente de cada ruta; el inverso es la frecuencia que es el número de vehículos que salen a hacer ruta por una unidad de tiempo.
Modo de valorarlo: Tan fácil como ver cuanto tiempo transcurre entre que pasa un bus y el siguiente de la misma ruta. Si no te preocupa que se te pase un bus porque el siguiente viene en seguida es bueno. Sin embargo pasa que para el operador este valor está relacionado con la flota o el número de vehículos circulando el circuito de la ruta. Menores periodos aumentan las flotas necesarias lo que solo se puede contrarrestar mejorando el flujo vehicular o cambiando de modo de transporte hacia uno de mayor capacidad en velocidad comercial. Si no se interviene lo que pasará es que el operador disminuirá al mínimo los vehículos por tanto aumentará el periodo de espera y la gente acumulada en parada, en cristiano, buses más llenos, más demorados, y no necesariamente más grandes.

3) Cuestión dinero: El criterio económico es el que al final permite saber los óptimos de la operación por 3 motivos: a) los ingresos del transportista vendrán en función de los ingresos por billete, subvenciones, publicidad, etc; y los costos, en función de la operación; b) los ciudadanos responderán con mayor uso a mejor servicio, y menor demanda a mayor precio; c) una menos evidente es que facilidades de pago implican importantes reducciones de tiempo, y por tanto, mayor velocidad comercial que beneficia la operación, el tiempo del viajero y estimula la demanda.
Modo de valorarlo: Primero lo simple, que es ver que hayan facilidades de pago; y lo siguiente es que la inversión del estado, inicial y anual, dividido entre todos los pasajeros transportados, o en su caso esperados, más los ingresos por tarifa de pasajero no superen un valor de referencia, por ejemplo un pasaje de taxi o 5-10 veces la tarifa del viaje en autobús. Esto requiere un poco más de implicación y documentación pero no puede ser que paguemos muchas veces más dinero mediante subvenciones, que es dinero del pueblo, de lo que estamos dispuestos a sacar de nuestro propio bolsillo para darnos un servicio especial o lujoso a nosotros mismos.

En un siguiente post continuaré con otros conceptos que complementan a los 3 aquí expuestos.

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